El árbol urbano en la Región de Coquimbo.
Foto: Faro Monumental de La Serena |
En este contexto geográfico existe un desarrollo regional importante, donde la minería, la agricultura, la pesca y el turismo, son las principales actividades económicas de la zona. Junto con este crecimiento económico sostenido en las últimas décadas, la explosión demográfica se ha disparado, por consecuencia los proyectos inmobiliarios no se han quedado atrás. Los humedales y las vegas que eran características en este borde costero, se están transformando en conjuntos residenciales, carreteras, hoteles y centros comerciales, con el costo obvio que tiene cambiar naturaleza por obras civiles.
Entre 1946 y 1952, durante el gobierno del presidente Gabriel González Videla, la ciudad de La Serena sufrió importantes cambios urbanos, con el proyecto “Plan La Serena” en el cual se renueva la ciudad con inversiones y remodelaciones urbanas que le imprimirían un sello único en el país. Así comienza a afianzarse en el rol de servicios, a rescatar y a desarrollar un estilo arquitectónico propio, denominado Renacimiento Colonial. Junto a la restauración arquitectónica, se crearon abundantes áreas verdes, como el Parque Gabriel Coll Dalmau, el Parque Pedro de Valdivia y el Museo al Aire Libre ubicado en el bandejón central de la Avenida Francisco de Aguirre. Este último posee réplicas de esculturas griegas clásicas, y esculturas originales de artistas chilenos, todo esto bajo la sombra de una prometedora arboleda de plátanos orientales.
En la actualidad estos parques, desde el punto de vista silvícola, han sido abandonados o incorrectamente manejados. Por ejemplo el Parque Gabriel Coll, el cual posee varios rodales adultos de eucaliptus, se encuentra fuertemente atacado por phoracanta, plaga que se ha instalado en un ambiente ideal para su desarrollo, donde abundan los árboles débiles con estrés hídrico. En la ciudad sucede algo distinto, no existe abandono del arbolado, sino una exagerada intervención, el personal encargado de las áreas verdes, cuya formación académica es agrícola, mal entienden los conceptos de podas y las realizan todos los años como si se tratara de árboles frutales. Peor todavía no respetan la regla de 1/3, la cual previene que el árbol pierda mas allá de 1/3 de su parte área y si se realiza una desmoche total. Estas malas prácticas provocan un desequilibrio total en los árboles. Por esta causa en las calles del centro de la ciudad nos encontramos con árboles que nunca han podido alcanzar un vigor óptimo, es el caso de muchas Rubineas, las cuales se mantienen con vida, pero en un estado fitosanitario que sólo es atractivo para las plagas y enfermedades (son focos infecciosos perennes).
Foto: Àrbol inclinado, con pudriciòn central, peligro de caida. |
Coquimbo no se queda atrás de este crecimiento y poco a poco a dejado de ser el vecino pobre de La Serena, con mega construcciones se ha sabido reinventar, la Cruz del Tercer Milenio, el estadio mundialero Francisco Sánchez Rumoroso, la Mezquita árabe y la palmerización de la ciudad, han sido verdaderos aciertos...
La palmerización de la ciudad, corresponde a una plantación masiva de palmeras Washigntonia, un número cercano de 9 mil ejemplares fueron plantados hace 5 años, las que adornan el borde costero, la carretera panamericana, las plazas y las poblaciones. Con este proyecto, las playas, las palmeras y el sol, dan un ambiente caribeño a la ciudad puerto, sensación que para turistas en la época estival es muy confortable.
Foto: Palmeras bajo cables eléctricos, sector el Llano Cqbo. |
El síntoma es común para ambas ciudades, un mal manejo del arbolado urbano, desde la elección de la especie para cada lugar, hasta las podas que se realizan a los árboles durante su vida, no proyectan el crecimiento de los ejemplares, tampoco se privilegia usar especies nativas y se desconocen los índices de la OMS, que sugieren 9m2 de áreas verdes por habitante, para vivir en un ambiente de sano esparcimiento.
Es lamentable lo que sucede ante nuestros ojos, pero es la realidad. No existe personal capacitado para liderar políticas ambientales de desarrollo forestal urbano en los municipios, ni en el gobierno regional. En una región en donde a los ingenieros forestales se les pregunta ¿qué haces tú acá? ¡si en el sur están los bosques!... uno mira a su alrededor y dice: “aquí hay mucho trabajo por realizar”.
Autor: Roberto Carlos Avendaño Álvarez - Ingeniero Forestal
Registro CIFAG nº 1083
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